Lo que no se sabe, es como si no existiera. Jacinto Benavente
A todos los que nos interesa la RSC, nos preocupamos bien de saber cuanto podemos sobre ella. Y tal vez pensamos que lo que se cuece en estos círculos expertos, llega a casi todas partes, pero la realidad nos dice que o vamos muy despacio, o hay algo que no estamos haciendo bien.
Para poner un ejemplo muy gráfico sobre esta idea; Decir que estudias un Master de RSC todavía resulta algo extraño y desconocido porque siempre alguien te pregunta: ¿pero qué es eso de «RSC»? Con “alguien” me refiero a diferentes “alguien” de distintos contextos sociales y culturales, familiares, amigos, e incluso los compañeros del Máster de al lado, de Big Data, ¿por qué nosotros sí que sabemos lo que es el Big Data y ellos no saben nada de la RSC?
Y todo esto al margen de terminologías, porque para explicar el concepto utilizas todos los términos conocidos, por si acaso: Responsabilidad social, Responsabilidad social empresarial, desarrollo sostenible, sostenibilidad…
Al final, esto es lo que realmente te preocupa y te hace reflexionar. Los que conocen, escriben, y trabajan por y para la RSC, están dentro de un ecosistema que aún es pequeño si lo comparamos con todo lo que queda por conquistar. Nos parece que hay avances ( y los hay!), que la cosa va bien; La Comisión Europea, y hasta el Gobierno se preocupa por el tema. Las grandes empresas ya tienen en su web corporativa un apartado de “sostenibilidad” dónde relatan todo lo que hacen bien. Sí, Muchos avances! Pero cuando las personas de tu entorno desconocen absolutamente qué es eso y porqué te interesa formarte en ello es cuando realmente hay que analizar porqué la Responsabilidad social, aún es una formación de interés minoritario y bastante desconocida.
Por una parte este panorama desanima, pero por otro lado, supone un reto, queda un largo camino por recorrer, y mucho por construir. Esto te hace sentir más implicada y comprometida porque sabes que tu misión y tu trabajo y el de todas las personas que llevan años trabajando en ello es importante.
Y es que esto de la Responsabilidad social tiene algo de «vocación», no admite medias tintas, puedes ser un ignorante, un apático o un apasionado. El trabajo se siente como una quasi evangelización. El mensaje, la buena noticia, es ni más ni menos que hay que hacer bien las cosas, bajo criterios éticos y siguiendo el principio de responsabilidad; Hacer siempre lo correcto y en todos los ámbitos. Esto ha de ser una exigencia. Parece fácil, pero por lo que vivimos y nuestra experiencia, no lo es.
Tuve una profesora en primaria que siempre decía que cuesta lo mismo hacer las cosas mal que hacerlas bien. Desde entonces, siempre lo pienso, cuando voy a hacer algo por pequeño que sea. Cuesta el mismo tiempo, esfuerzo y dedicación, la diferencia es la actitud, el cuidado y el empeño por querer hacerlo bien. Pues esta es nuestra tarea, ni más ni menos!
Tenemos a los que no saben nada de esto, la inmensa mayoría, la gente, la ciudadanía,…Y por otro lado, a los que creen que saben pero no se han molestado en formarse ni en informarse porque parece no ser necesario. Muchas veces esto sucede por culpa de las propias empresas que han creado un departamento de RSC o simplemente un puesto ejecutivo como “apagafuegos”, es decir, para salir al paso y dar respuesta a lo que vaya surgiendo en esta materia de la Responsabilidad social. Tendría que considerarse como necesidad obligada que las personas que ejercen ese puesto estén preparadas y cualificadas, es el primer paso fundamental para poder hacer las cosas bien.
También hay personas y empresas que se atreven a hablar e incluso a dar sus propias definiciones de la Responsabilidad social sin haber leído una sola página sobre ella, ni tener una mínima visión de su importancia y su recorrido. Esto es peligroso porque además normalmente ofrecen una visión sesgada e incorrecta de lo que es la RSC. Normalmente además coincide que son escépticos y detractores de la Responsabilidad social, y la pena es que esto sucede por desconocimiento agudo del tema. Casi siempre, la ignorancia es atrevida.
Pues bien, en este contexto general en el que nos encontramos creo que una de las tareas más apremiantes es la formación y la comunicación. Hay que ser muy exigentes con la formación y la preparación de todas las personas que se dediquen a la RSC, hablamos de “Responsabilidad” y la primera responsabilidad que tenemos es la de estar bien preparados.
No sirve de nada querer que las empresas y las Instituciones actúen de forma responsable y bajo criterios éticos, si las personas que son, los clientes y consumidores finales no exigen ni valoran esta forma de ser empresa. No podemos pedir a las empresas un trabajo de calidad, conciliador y emponderador si las personas aceptan condiciones de empleo que no son justas…
Si de verdad queremos cambiar las cosas no podemos hacerlo sin la educación, comenzando desde los niños, promoviendo la educación en valores y en responsabilidad. Formación en Responsabilidad en la Universidad, en las Escuelas de negocios y en las empresas. Hemos de empezar a ser conscientes desde niños de la importancia de cada uno de nuestros actos, de que todas nuestras decisiones hemos de tomarlas con responsabilidad y con un sentido de solidaridad global.
Es fundamental también saber comunicar y divulgar lo que es la Responsabilidad social, no solo en la empresas y en las Instituciones, si no en la sociedad en general, en nuestro entorno.
Mientras haya personas que nos sigan preguntando qué es eso de la Responsabilidad social, es que tenemos mucho por sembrar…
No juzgues cada día por la cosecha que recoges, sino por las semillas que plantas. Robert Louis Stevenson
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