¡Oh tempora, oh mores! Supongo que tendrá que ser así. Nada es como era, tampoco sé si es mejor o peor, pero sí sé que es distinto. Antes las ideas surgían, se pensaban, se compartían y se disfrutaban. Ahora las ideas nacen por generación espontánea en los brainstorming.
Nuestros primeros pensadores ya detectaron la necesidad de exponer las ideas, para que fueran escuchadas y se enriquecieran al contacto con otras ideas. El Ágora griega, era el lugar dónde se concentraba la vida de la polis. Los maestros y pensadores se reunían, exponían sus teorías, dialogaban. El éxito de este intercambio de opiniones y de contrastar ideas es que sus teorías han llegado hasta nosotros. Son ideas sólidas.
A lo largo de nuestra historia, las tertulias literarias, artísticas, filosóficas se han utilizado como medios de intercambio y de creación de nuevas teorías, ensayos, libros, líneas de pensamiento o arte. Eran reuniones informales de personas con un interés común en un tema, que se reunían para debatir, contrastar y compartir sus opiniones. Estas reuniones tenían lugar en algún café, o salón (como era en Francia). Son famosas las Academias literarias del siglo de oro (s. XVII), dónde se reunían poetas o escritores en la casa de algún noble.
En Francia era Salons, en Inglaterra Clubes, que solían estar asociados a alguna Universidad. Como los Inklings, Cenáculos de académicos y escritores ingleses vinculados a la Universidad de Oxford. Y al que pertenecieron escritores como C.S Lewis, o Tolkien.
Algunas tertulias de nuestro pasado reciente han sido culpables de la inspiración y del fruto de las obras de muchos artistas. Valle- Inclán llega a afirmar que el Café Levante ha ejercido más influencia en la literatura y en el arte contemporáneo que dos o tres Universidades.
Veamos los elementos principales de estas reuniones:
Personas e intereses comunes. Los contertulios querían reunirse, les interesaba el tema que además conocían y previamente habían estudiado y comentado con la Musa correspondiente.
Compartían opiniones y teorías sobre alguna materia que previamente se había propuesto y que primero había sido tratada de forma individual, o incluso habían escrito sobre ella. De esta forma las opiniones no eran nuevas, ni expuestas al azar, sino que se compartían para poder escucharse y así mejorar o hacer engordar a esa idea.
Además de la pasión por el tema, el ambiente evocador es otro elemento fundamental. La reunión tiene lugar en un café o salón acogedor, en el que además de un ambiente evocador, no falta un buen café, té o una copa de vino. Esto supone un elemento humano de cohesión, para poder disfrutar el momento y la conversación.
Pero, para vivir hay que encontrar tiempo. Participar en una tertulia y encontrar buenos contertulios además de interés exige tiempo, y ése es un lujo que hoy en día parece que no nos podemos permitir.
¿Qué podemos hacer entonces? ¡Pues un Brainstorming! que viene a ser como una tertulia deshidratada o sintetizada.
Para que nos entendamos, una dosis de la comida de astronauta tiene los mismos nutrientes que una comida normal (sin deshidratar), pero se ingiere como una pastilla, no como un filete con patatas. Vamos que al cuerpo le nutre, pero no es lo mismo.
Si quitamos todo lo evocador que puede haber en una tertulia o en una reunión de amigos. El diálogo, compartir con otros contertulios, el ambiente romántico, bucólico y acogedor nos queda: un brainstorming.
Lo mejor del Brainstrorming es que supone la participación de más de una persona. Refranero español: Dos cabezas piensan más que una. Y aunque sea por una cuestión práctica, va a ser más productiva una tormenta de ideas de seis personas que de dos.
Si cambiamos el ambiente agradable por el de una sala iluminada con fluorescentes. El encanto, la esencia y el fin. Los contertulios, los sustituimos por personas a las que les une el grupo de trabajo, o el interés no por el tema si no por acabar cuanto antes y conseguir ideas como sea. Sustituimos los libros, cuadernos y estilográficas por una pizarra sintética blanca y un rotulador de los que se borra. Y en todo caso nos permitimos el café, pero del que no distraiga.
El tiempo es limitado, por lo tanto, el elemento enriquecedor de diálogo, intercambio de opiniones y disfrute, se deja de lado.
El resultado de unos encuentros y otros es también diferente. Los diálogos y tertulias tienen como resultado ideas con denominación de origen. Ideas apoyadas en pilares, que se han pensado, rumiado y trabajado, además de haber sido inspiradas y rebatidas con las musas. En la reunión, esas ideas se enriquecen, se saborean y si es necesario, se tunean.
[su_quote cite=»Shakespeare – «]
Sé la décima musa y sé diez veces
Mejor que las antiguas invocadas,
Y otorga a quien te invoque eternos versos
Que sobrevivan a lejanos siglos.
[/su_quote]
Cómo nos dice Shakespeare, eternos versos que sobreviven a lejanos siglos. Ésta es la diferencia. ¿Cuántas de nuestras ideas de hoy sobrevivirán a lejanos siglos? ¿Cuántas llevan el sello inconfundible de la décima Musa?
El brainstorming es al fin y al cabo, un tipo de mayeútica forzosa y forzada. Las ideas nacen pero con fórceps, y además necesitan incubadora porque normalmente el parto es prematuro.
No son ideas suficientemente maduras, nacen tras un largo proceso de intimidación y porque se sienten obligadas a salir. Son ideas prematuras. En cierto modo parece un retroceso, es como si volviéramos al Mundo de las Ideas platónicas y llamáramos a la puerta de este mundo hasta que alguna de esas ideas quisiera salir y venir a nuestro mundo sensible.
Las ideas que nacen de esta provocación corren el riesgo de no tener denominación de origen. De no tener fundamento, pilares dónde apoyarse o historia. Y puede que no sobrevivan a lejanos siglos, ni si quiera a lejanos meses.
[su_quote cite=» F. Pessoa»]Los antiguos invocaban a las musas, nosotros nos invocamos a nosotros mismos.[/su_quote]
Con el tiempo dedicado a las Musas no se cuenta porque además se las ha externalizado, han sido sustituidas por el departamento de las tormentas de ideas, o más bien el de las ideas atormentadas que salen con ayuda del fórceps.
No creo que haya vuelta a atrás como en tantas otras cosas. Y no hago juicios de valor, pero si es cierto que nos lo estamos perdiendo, al igual que tantas otras cosas.
Y es que para pensar también hace falta tiempo, y para crear y para innovar. Y por más que queramos sintetizar, hay algunas cosas en las que no se puede o no se debe.
¿Y si en vez de externalizarlas, dedicáramos un Departamento para las Musas en nuestras empresas? Hecho para crear y disfrutar creando, aprendiendo y conversando. ¡Esto es innovación! ¡Quién lo probó lo sabe!
El Brainstorming o la externalización de las Musas por Cuestión de Ideas está licenciado bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Ay Ana!…Dónde va a parar discutir sosegadamente entre vinos y cafés en comparación a las tristes salas de reuniones de hoy…Viejos cafetones? Ahora máquina de café terrible y andando que es gerundio! Menos mal que hemos avanzado y somos mucho más listos y evolucionados…¡No hay color!
Eso pienso yo María…Ya no podemos disfrutar ni de nuestras propias ideas. Hay que aprender a vivir de nuevo! Muchas gracias por tu comentario!