Escuchar a personas que verdaderamente expertas, enamoradas de lo que hacen, y que además saben transmitir, siempre resulta inspirador. Así ha sido escuchar a Antonio Fontanini, un auténtico «Chief Optimistic Officer», como el mismo se define en su perfil de Linkedin.
Comparto absolutamente su visión optimista cuando afirma que “el futuro es mejor de lo que esperamos”. El futuro lo estamos construyendo ahora, con cada paso, con cada cambio. La tecnología está configurando nuestro presente y dibujando un futuro en el que los robots, los drones, los coches autónomos, la nube (mega nube)…formarán parte de nuestra vida cotidiana.
Lo verdaderamente importante es nuestra actitud ante este escenario. Hay personas que tienen miedo, miedo al cambio, a perder su empleo, a tener que re-apender, pero sobre todo a una nueva cultura.
Esta idea es clave: lo que verdaderamente cuesta cambiar ,y es ahí dónde reside la innovación, es la cultura; la cultura empresarial o la cultura de la sociedad. Antonio Fontanini, resume la idea en una frase “La cultura se come la estrategia en el desayuno”
Para que las Organizaciones cambien y evolucionen hay que transformar la cultura empresarial, los principios, los valores, y así también los de la sociedad. De esta manera, dejaremos de ver la tecnología como el monstruo debajo de la cama.
La Tecnología no es una amenaza, sino una oportunidad. Lo que de verdad nos diferencia de las máquinas es el talento y la habilidad de convertir cualquier problema y amenaza en una oportunidad, como diría Peter Drucker.
Es cierto que tal vez nos asusta lo desconocido, pero hay que aprender a mirar la vieja tierra con nuevos ojos, a interpretar la realidad como nueva cada día y a querer y aceptar el cambio como aliado. Pensar en el concepto de trans-humanismo puede resultar desconcertante. Demasiadas preguntas sin respuesta, sin respuesta hasta el momento. Preguntas sobre los límites de la identidad humana, de aquello que nos hace hombres y no máquinas, o aquello que nos distingue de otros seres vivos. Si la tecnología acaba con el dolor, o con la vejez, por ejemplo. Cabe preguntarse si esos cambios afectarán a nuestro ser como humanos. ¿El dolor, la vejez, la muerte realmente son realidades que configuran nuestra existencia, inherentes al ser del hombre? ¿qué cambiaría para nosotros? ¿es lícito y correcto que la tecnología intervenga?
La tecnología avanza imparable y así también nuestras dudas, pero no hay que perder de vista que la tecnología es una herramienta del hombre para el hombre, y como tal tenemos que mirarla y usarla. La reflexión ético- filosófica ha de trabajar mano a mano con la tecnología. Muchas de las empresas más importantes del mundo 4.0 ya cuentan con filósofos y expertos en ética trabajando con ellos.
Termino con los tres aspectos que señalaba Antonio Fontanini para crear este futuro con éxito:
- Desarrollar el potencial de las personas, el Talento
- Cada negocio, cada empresa es un viaje ético
- Pensar siempre como una start-up
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