La Responsabilidad Social desde el ámbito empresarial es una tendencia de presente y futuro. Se encuentra en proceso desarrollo. Supone un gran paso de vuelta a la civilización y al humanismo de nuestras organizaciones.
Mucho tenemos que aprender de las iniciativas de Responsabilidad social empresarial(RSE) a nivel personal. Parece existir más conciencia de responsabilidad en las empresas y grupos sociales que en nuestro propio ser individual. La Responsabilidad social individual(RSI) es un complemento indispensable de la Responsabilidad social empresarial. Los valores que definen la RSE comienzan por las personas que conforman las organizaciones. Ellos son los actores y protagonistas de las buenas prácticas. La Responsabilidad social es una ética práctica aplicada al mundo de las organizaciones. Trata principalmente de la humanización del mundo empresarial. El marco conceptual de la RSE es el principio de humanidad.
Para Victoria Camps, la ética aplicada al mundo de la empresa y las organizaciones hoy es especialmente importante, «para poder contribuir a un interés común y mejorar la sociedad, que es una responsabilidad de todos».
Asistimos a un movimiento que reclama la vuelta al humanismo y que pide ayuda a la ética. Esto es un llamamiento a la movilización de la ciudadanía para cambiar el mundo. El cambio está en manos de las personas, de los ciudadanos. Se trata de un proyecto ambicioso para nuestra sociedad global. Es éste un tema muy interesante abordado por Edgar Morin y Stéphane Hessel en su obra “El Camino de la esperanza”. La transformación comienza por uno mismo. Hay que reflexionar sobre conceptos universales de forma individual, como la economía del despilfarro, en la que cada uno de nosotros nos vemos inmersos y nos dejamos llevar sin pensar muy bien porqué, simplemente es así, sucede. Tenemos un deber de responsabilidad como ciudadanos coparticipantes del destino común de una sociedad global. Somos responsables de denunciar una forma de vida no humana que nos conduce al desastre y crear una vía de salvación a la gran crisis de la humanidad formada por muchas crisis entremezcladas.
La virtud empresarial supone un cambio y una mejora en el comportamiento y hábitos de los individuos que conforman la organización. La transformación de las organizaciones puede trasforman la sociedad no sólo por su forma de impactar en las comunidades si no por su poder de movilizar a las personas como agentes del cambio.
La Responsabilidad social corporativa viene a recordarnos que los principios fundamentales del ser humano no pueden olvidarse ni pasar a un segundo plano para priorizar el beneficio empresarial.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 surge como respuesta a la necesidad de establecer unas fronteras éticas que tengan valor para todos en cada caso. Se basan en el reconocimiento de una realidad que precede a los derechos mismos, son inherentes al ser del hombre y anteriores a cualquier legislación.
Los Derechos humanos son actos de reconocimiento que se fundan en el mismo ser del hombre y no pueden ser abolidos por ningún régimen político. La fundamentación de los mismos se encuentra en la propia naturaleza humana, el hombre posee una dignidad autónoma porque es fin en sí mismo y no medio. La persona es “sui iuris”, su yo es personal e insustituible. El iusnaturalismo está reviviendo actualmente vinculado al renacimiento de la ética. Que se ve reflejado en el desarrollo de sus éticas aplicadas, principalmente la bioética y la Responsabilidad social empresarial que proviene de la Business ethics, ética de los negocios.
Kant escribe en su crítica al Derecho natural: “Hay dos cosas verdaderamente admirables en el mundo: el cielo estrellado fuera de mí y el orden moral dentro de mí”
Este derecho natural es un descubrimiento que cada hombre realiza en su interior. Esta ley natural se reconoce desde la antigüedad, encontramos sentencias como la de Cicerón en un discurso a Pro Milone: “Esta no es una ley escrita, sino innata; no necesitamos ser instruidos para conocerla pues nacemos inmersos en ella”
El hombre lleva impreso en su esencia lo que le hace ser hombre, ser persona, lo que confiere dignidad a su especial naturaleza.
La ética empresarial toma la Declaración de 1948 como referencia y muestra que el progreso técnico, cognitivo, tecnológico hade ser regulado. La responsabilidad social empresarial parece indicar los límites y finalidades de intervención humana de las organizaciones.
La humanización del mundo empresarial y como consecuencia de nuestra sociedad está en nuestras manos. Hemos de seguir trabajando para poder legar a los protagonistas de las siguientes generaciones un mundo sustentado por empresas sostenibles.
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