Lo que ahora denominamos marca personal, ha sido desde siempre el intento de ser popular, o por lo menos de ser aceptado.
La importancia de la marca personal es nuestra capacidad de proyectar la imagen que queremos que tenga los demás de nosotros mismos.
Desde nuestra más tierna infancia intentamos hacernos un hueco en la sociedad, entre las personas con las que nos relacionamos a diario. Podemos atisbar estos coqueteos con la popularidad ya en los festivales infantiles de los colegios. Desde muy pequeños tenemos que exponernos a la opinión de los demás y queremos que nuestra imagen les guste. En los niños podemos observar sus esfuerzos por hacer su papel lo mejor que saben para cautivar, ser graciosos, y conseguir un reconocimiento del público. Pero la lucha sólo acaba de empezar.
La búsqueda del reconocimiento, el gustar a los demás y la popularidad nos acompaña siempre. Lo que pasa es que antes de la invención de internet era más difícil. Lo que eras es lo que podías mostrar. Tu popularidad era una media entre tu aspecto físico, el grupo de amigos que tuvieras y cierto encanto natural. Era difícil hacer una excelente gestión de reputación in real life, si esos elementos fallaban. La buena noticia es que hoy tenemos una segunda oportunidad!!
Internet nos permite poder actuar sobre nuestra propia imagen, y crear una reputación on line, una marca personal.
Esto sólo es posible porque vivimos en dos realidades, en dos mundos. El mundo real y el mundo virtual (internet y sus redes), son mundos duplicados, realidades similares, pero no iguales.
Todos recordamos la teoría platónica de las Ideas. Platón distingue dos mundos, el mundo sensible o material, aquél que podemos percibir con nuestros sentidos y el mundo de las Ideas, un mundo inteligible, dónde habitan las ideas que dan forman a las cosas que conforman nuestra realidad. Para Platón, el verdadero mundo es el de las Ideas, el mundo sensible es tan sólo una copia del otro, mera apariencia.
No estoy segura de lo que diría Platón, me gustaría poder preguntarle cuál de nuestros dos mundos de hoy es real, cuál de ellos es copia del otro, y dónde habitan las ideas que dan forma a las cosas sensibles.
No sabría muy bien decir cuál sería la respuesta platónica. No sé si es más real nuestro mundo material o el mundo virtual. A veces pienso que el mundo virtual nació como copia pero se ha emancipado. Ahora parece que las ideas provienen de una realidad virtual, se generan allí y no tenemos ni la posibilidad de copiarlas. Tal vez ninguno de estos dos mundos sea verdadero, o tal vez lo son los dos.
«¿Alguna vez has tenido un sueño, que pareciera tan real que no lo puedes distinguir de la realidad? Y si no pudieras despertar de ese sueño, ¿cómo sabrías que estás soñando?» Matrix
Personal branding on y off line
Al igual que los mundos, nuestra imagen se duplica. La pregunta es ¿Nuestra imagen es la misma en ambos?¿Tiene que ser igual?
Lo más importante es que la imagen que demos de nosotros mismos sea la que queremos proyectar. Somos nosotros los que tenemos que crear nuestra marca, a nuestra imagen y semejanza. Nosotros podemos seleccionar lo que queremos mostrar. Una imagen que tenga que ver con lo que somos en realidad y sobre todo, que sea lo que queremos que conozcan de nosotros.
¿Es diferente nuestro personal branding en el mundo virtual que en el real? Posiblemente, aunque conviene que no difieran en gran medida.
En el mundo virtual, no se puede conocer nuestra apariencia física. Podemos escoger nuestra mejor foto, retocarla, cortarla, o simplemente mostrar una imagen que queremos que nos identifique.
Podemos hacer que se vean solo sólo nuestras fortalezas y aquello por lo que queremos destacar. Evidentemente esto resulta más difícil en el mundo tangible en el que nos movemos día a día. Aunque queramos controlar la imagen que los demás tienen de nosotros es más difícil porque ven cómo somos.
«Tu aspecto actual es lo que llamamos una “auto-imagen residual”. Es la proyección mental de tu yo digital.» Matrix
Podemos darle la vuelta al planteamiento de modo que nuestro yo digital sea el modelo del yo material, desvirtualizado. Nuestra marca personal on line y puede ser una guía o una especie de plan de acción para definirnos también off line.
El personal branding se convierte así en una estrategia para poder ofrecer la mejor versión de ti mismo. Y conviene que sea de ti mismo y no de un personaje de ficción, así si alguien tiene ocasión de desvirtualizarte puede reconocerte, mejor que no piense que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Hay que tener en cuenta que esto no se consigue en un día. La construcción de marca personal supone planificación, constancia y esfuerzo. Existen cientos de artículos escritos sobre el tema de la gestión de la marca personal que vienen a ser como manuales. La gestión de la reputación on line es delicada, sobre todo para personas que estás expuestas a la opinión pública y para las empresas.
Maquiavelo decía que pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos ser.
Para que los demás nos conozcan de verdad necesitan más datos. Tienen que conocer nuestro contexto, circunstancias, nuestros pensamientos, ideas, emociones,….Pero en realidad sólo acceden a un conocimiento superficial, tienen una percepción de lo que somos a través de las impresiones que causamos en ellos. Como afirmaba el empirista Hume, el modo de conocer las percepciones es superficial, no es un conocimiento que llegue hasta nuestra razón… Conocemos por la forma en que estas impresiones nos impactan y la fuerza con la que lo hacen.
La marca personal hoy en día es clave de éxito: Cambia vidas, mueve voluntades, sociedades y economías.Podemos diferenciarnos, tanto a nivel personal como empresarial, por la fuerza que tienen nuestros impactos en los demás.
El nuevo mundo digital nos brinda la oportunidad de darnos a conocer e incluso de reinventarnos.
Las princesas también se reinventan
Un ejemplo de adaptación o reinvención de la marca es de las princesas. Disney encarga a una consultora un estudio en el cual se reveló que, el 90% de las niñas de entre 4 y 7 años preferían disfrazarse de princesas antes que de cualquier otra cosa. Pero el concepto de princesa de hoy, no es el mismo que el de hace 30 años, así que hay que crear un nuevo concepto que se adapte a nuestros días.
Una princesa de hoy en día es: Autónoma, valiente, decidida, bondadosa, generosa, inteligente, creativa, amable, deportista,…
¡No dejes pasar esta oportunidad. Comienza tu estrategia, crea la mejor versión de ti mismo, reinvéntate y haz que te vean! No es magia, es personal Branding!
I am a princess, ¿y tú que quieres ser?
Marca personal: la reinvención de ti mismo por Cuestión de Ideas está licenciado bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.