Algunos de nosotros seguramente recordemos la famosa frase de He-Man, un personaje de dibujos animados de los 80, de la serie “Masters del Universo“, que gritaba levantando su espada “¡Yo tengo el poder!”
Esta reflexión tiene que ver con la relación entre poder y liderazgo. Cuando pensamos en un líder, muchas veces pensamos en personas o en figuras con poder social, económico, o mediático. Pueden ser, políticos, empresarios, cantantes, futbolistas,…sin embargo, si nos preguntamos “quién es un líder para ti“, la cosa cambia. Entonces vienen a nuestra mente personas a las que admiramos, o vemos como un modelo a seguir. Irremediablemente entramos en el campo de los valores, y ahí, los verdaderos líderes son personas que son ejemplo de liderazgo, no por ser los mejores en lo que hacen, sino por cómo lo hacen, porque es eso lo que marca la diferencia.
La semana pasada impartía un Taller de liderazgo, y disfrutaba escuchando y aprendiendo de lo que lo era un líder para cada uno de mis 23 alumnos. Uno de los ejercicios consistía en identificar líderes y antilíderes, pero desde un prisma personal, ¿quién es un líder para ti? Desde esa perspectiva dejaron de aparecer personajes famosos por su cuenta corriente, o su influencia, para dejar paso a personas como Irene Villa, Teresa de Calcuta, Rafa Nadal, algunos compañeros de trabajo, profesores de la niñez, o sus padres…. Los motivos eran variados, pero todos tenían su justificación en los valores que transmitían: superación, fortaleza, motivación, sacrificio, generosidad, valentía… ¡Eran verdaderos líderes!
Al fin y al cabo todos sabemos que el poder es una consecuencia del liderazgo, porque el poder viene dado por la confianza que los demás ponen en ti, ni más ni menos y no a la inversa. Si solamente tienes poder, serás un jefe, pero no significa que tu equipo te vea como un líder, ni que lo seas. El liderazgo He-Man está tan pasado de moda como este personaje de Mattel de los 80. Tener poder sólo es bueno si sabes que hacer con él. Tener poder supone tener más responsabilidad.
En realidad, todos sabemos que ser líder es un marrón. El liderazgo es servicio, es entrega, y eso supone pensar más en los demás que en uno mismo, vamos un marrón.
Otra de las dinámicas del Taller, que nos hizo reflexionar mucho, consistía en elaborar una Oferta de empleo para un perfil de Líder: “Se busca líder”. Los resultados del trabajo de los equipos, definieron el retrato robot de un persona con cualidades muy especiales. Si pensamos en el líder que queremos para nuestro equipo, lo que más nos importa no es sólo su formación, sus años de experiencia, sus idiomas, o sus habilidades, nos importa sobre todo cómo es esa persona. Copio textualmente algunas de las cualidades de “nuestros líderes” que se repitieron en todos los grupos de trabajo:
PERSONA
- Honesta
- Comprometida con el equipo
- Responsable
- Persona con don de gentes: comunicativa, empática, participativa, carismática,…
- Respetuosa
- Con altos “criterios” éticos y morales
- Humilde
- Que escuche
- Con Iniciativa
- Creativa
- Con Capacidad de decisión
- Flexible
- Generosa
- Buena persona
No sé si estas características se dan por supuesto en las ofertas de empleo que estamos acostumbrados a ver, pero no suelen aparecer, aunque, a la hora de la verdad, y en el día a día, todos sabemos que es lo que más importa.
Lo que está claro es que para ser Máster del Universo, y volviendo a la metáfora de la serie, hay que tener algo más que poder. Hay que querer y hay que lograr que los demás lleguen a ser también Máster del Universo, hay que buscar el desarrollo de cada una de las personas de nuestro equipo. Conocerlas bien para saber qué necesitan y en qué podemos ayudar, escuchar sinceramente, (más que activamente), y ser siempre honestos.
En esto del Liderazgo lo que más importa es el cómo lo hacemos, la palabra impacta, pero el ejemplo arrasa, y eso es lo único que puede hacer del mundo un lugar mejor.
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