Reflexionando y haciendo balance sobre un año intenso de formación, acción y buenos resultados, he llegado a la conclusión de que ha sido la actitud digamos, un tanto estoica, la que ha conseguido finalmente ganar un premio.
Explico lo del estoicismo que normalmente se entiende en otro sentido. Séneca, el filósofo estoico más conocido, afirmaba que la vida es corta sí, pero, tenemos tiempo suficiente para realizar todo lo que queramos, el problema viene a ser la gestión del tiempo. Si lo malgastamos o lo dedicamos a cosas superfluas, entonces la vida nos parecerá demasiado breve.
«tú no tienes tiempo para nada y la vida corre; entretanto llega la muerte y para
ella, quieras o no quieras, vas a tener todo el tiempo del mundo»Séneca
El estoico resuelve así la angustia entre la existencia y la finitud, o entre el ser y la nada. Si nos centramos en nuestros objetivos y deseos, transformamos o utilizamos esa angustia como impulso vital que nos mueve a hacer, es un antídoto eficaz contra la parálisis del miedo o la apatía. Esta frase ilustra bien la idea.
«Todas las cosas venideras quedan en la incertidumbre: vive de inmediato»
En este sentido, casi podría decir que esta actitud estoica ante la vida y sus oportunidades es la culpable de mi Premio AEDIPE fin de Máster. Creo que es un premio al talante, más que al talento.
Estaba rodeada del talento,( y ¡mucho! ) de mis 24 compañeros y de los docentes del curso. De todos he aprendido, y de cada uno me llevo muchísimas cosas buenas a nivel profesional, pero sobre todo personal.
Entre tanto talento, yo me sentía como una hormiga, muy pequeñita. Pero tenía muy claro que no quería desaprovechar esta oportunidad. Y poder estudiar un Máster en dirección de Recursos Humanos y desarrollo personal para mí lo es. Así que me lo tomé muy en serio desde el minuto uno.Más que escuchar absorbía como una esponja, para poder procesar tanta información después.
Un Master supone un esfuerzo en todos los sentidos. Pero también es una suerte y una gran oportunidad, poder seguir formándote y poder aprender. Escuchar a personas con muchísima experiencia profesional, debatir, trabajar en equipo, estudiar, hacer planes, visitar empresas,…
Los dos proyectos del Master (grupal e individual), ayudan mucho a centrarte, a tener un objetivo práctico y orientarte hacia un resultado. En ellos he podido profundizar en mis temas preferidos, como son la parte de desarrollo en Recursos Humanos, y la Responsabilidad social empresarial, que para mí es el punto de encuentro entre la parte filosófica que pone la ética y el mundo empresa de los Recursos Humanos. Ha sido un auténtico disfrute leer, estudiar, investigar, entrevistar,…sobre estos temas para poder escribir los proyectos.
Todos estos ingredientes aliñados con una voluntad y una actitud estoica, un poco unamoniana, de luchar contra la finitud de la vida. Es decir, de aprovechar cada minuto, y poner en práctica todo lo aprendido, y además hacerlo disfrutando, dan como resultado un reconocimiento muy gratificante.
Me llevo como enseñanza que merece la pena vivir con intensidad para que la vida no nos resulte breve, y vivir con pasión para que no nos resulte insulsa, lo cual es mucho peor.
Este premio tan bonito y tan especial para mí, se lo dedico a mis compañeros que son los auténticos talentos y van a marcar la diferencia allí donde estén. Por su apoyo y su reconocimiento, y por lo mucho que me han enseñado.
A los profes por compartir su conocimiento y experiencia. A los tutores por sus sabios consejos y ánimos. Y a mi coach por guiarme casi sin darme cuenta.
Podemos conseguir muchas cosas en la vida pero lo más importante es aprender a usarla bien, a no desperdiciarla, y hacer de cada día una oportunidad. ¡Muchas Gracias!
Un año de Máster y cierto estoicismo por Cuestión de Ideas está licenciado bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.